ArtEnyesque, el origen
ArtEnyesque nace de la unión de dos palabras: arte y enyesque. La primera de ellas, más común para el gran público, la define la Real Academia de la Lengua, entre otras acepciones, como «manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros». Y en su primera definición habla de «capacidad, habilidad para hacer algo».
La voz enyesque, por contra, es menos conocida por cuanto su origen y mayor uso, o uso exclusivo, se da en las Islas Canarias. Significa: pequeña porción de un alimento que se sirve como acompañamiento de bebidas. Lo que en otros lugares llamarían tapa o pintxo. En cualquier caso: alimentos que se trabajan para presentarlos ante alguien del modo más atractivo posible.
Para que el resultado final sea el que se pretende, es decir, para que el enyesque, tapa, pintxo o, más allá, primer, segundo plato o postre, se presente ante nuestros ojos de un modo estético, es preciso que quien lo elabore tenga capacidad y habilidad para hacer eso. Y, previo a ello, manifiesta lo imaginado con recursos…y es aquí donde la definición oficial de arte solo contempla «plásticos, lingüísticos o sonoros».
ArtEnyesque plantea la pregunta de si la gastronomía es arte. Y para ello creamos las condiciones en las que diversos actores de las bellas artes, también de la fotografía, interactúen con la gastronomía.
No hay mejor sitio para plantearnos la cuestión que el interior de obras de arte espaciales, las creadas por César Manrique (1919-1992) en la isla de Lanzarote y reunidas en los llamados Centros de Arte, Cultura y Turismo.
Las fechas pensadas el 1 y el 2 de abril. Bienvenidos a todos y a todas.